En nuestro día a día, mantenemos una interacción constante en distintas plataformas como redes sociales, aplicaciones de mensajería instantánea, foros, páginas de opinión, entre otras. Con cada publicación, comentario o mensaje que enviamos, estamos generando nuestra huella digital. Es importante tener en cuenta que somos responsables de la información que compartimos en línea y debemos ser cuidadosos y conscientes de ello. Cada individuo es responsable de su propia privacidad tanto en el mundo real como en el virtual.
En ocasiones, podemos haber compartido información sensible en línea sin ser conscientes de las posibles repercusiones negativas que podría tener tanto para nosotros como para terceros. Antes de compartir cualquier cosa en Internet, debemos reflexionar sobre si estamos dispuestos a permitir que cualquier persona acceda a esa información en cualquier momento futuro.
Es crucial entender que una vez que subimos información a la red, perdemos el control sobre ella, incluso si la eliminamos, ya que alguien podría haberla guardado y compartido. Aunque cada uno tiene el derecho de hacer lo que quiera con sus datos personales, existen siete tipos de datos e información que nunca deberíamos compartir en línea, ya que implican un riesgo muy alto para nuestra privacidad y seguridad.
- Fotografías de menores de edad: En este artículo entramos más en detalle sobre el tema, pero la crucial es que no sabemos donde pueden acabar esas fotos. Pixela o tapa la cara de los menores en las fotografías que vayas a subir a internet.
- Comentarios o publicaciones fuera de tono: Hay que ir con cuidado con los comentarios y opiniones que dejamos públicamente en internet, ya que puede llegar a otras personas que se sientan ofendidas y atacadas, y a su vez, esto podría afectar a la vida laboral/social.
- Correo electrónico y número de teléfono: No se debe dar acceso a todo el mundo a nuestros datos personales. Podrías llegar a ser una nueva víctima de ataques de ingeniería social, como la suplantación de identidad y phishing.
- Dirección y ubicación: Al igual que el correo electrónico y número de teléfono, nuestra dirección postal y ubicación son datos sensibles que pueden poner nuestra integridad en peligro. No sabes qué intenciones pueden tener la gente que esté interesada en saber dónde estas y qué lugares sueles frecuentar.
- Imágenes comprometedoras: Las fotos que puedan comprometer tu privacidad, están mejor guardadas en la galería de tu dispositivo y no en internet o redes sociales. Este tipo de fotos pueden volverte víctima de acoso o extorsión.
- Documentos personales: Los documentos como el DNI, datos de tu cuenta bancaria, o incluso el carnet de conducir, pueden utilizarse para suplantar tu identidad frente a los servicios que ya tienes contratados, e incluso a aquellos que no tienes. No subas ninguno de estos datos a la red.
- Conversaciones privadas: Cuando hablamos de una conversación, entendemos que es cosa de 2 o más personas. Compartir una conversación en la red sin el consentimiento expreso de todos los participantes, puede ponerte en riesgo tanto a ti, como a ellos. Además, si este hecho afecta negativamente a cualquier participante, tú podrías cargar con todas las consecuencias de ello. Por seguridad, no compartas nunca una conversión privada.