Por desgracia, estamos acostumbrados a que cada vez que llega una actualización de Windows, esta provoque nuevos fallos que antes no se producían.

Pero esta vez la cosa es algo más delicada, tras instalar la actualización de Windows 11 versión 21H2 (Build 22000.194) se produce una importante disminución de rendimiento en el equipo, acompañado de fallos con internet, y algunos otros fallos aleatorios en diferentes situaciones.

Este pasado 5 de octubre se lanzo dicha versión, que estrena un nuevo menú de inicio, una barra de tareas degradada, y un nuevo centro de notificaciones, entre otras cosas…

Según Microsoft, esta actualización iba a suponer un mejor aprovechamiento del hardware y por tanto un mejor rendimiento del equipo, pero AMD ha salido a confirmar precisamente todo lo contrario.

Según la publicación de AMD, están trabajando conjuntamente con Microsoft para corregir los fallos que producen una pérdida de rendimiento en ciertos modelos de procesadores. En este documento se describe entre otras cosas que uno de los errores importantes es el triple aumento de la latencia de la caché de nivel 3 (L3) del procesador, afectando esto negativamente al rendimiento de las aplicaciones.

Desde AMD estiman que el rendimiento puede reducirse entre un 3% y 5% en el uso de ciertas aplicaciones y hasta entre un 10% y 15% en juegos.

Por el momento lo único que se sabe es que Microsoft tiene planeado corregir estos fallos en la próxima actualización acumulativa que debería llegar a lo largo de octubre.

Otro de los errores importantes observados en Windows 11, aunque no le ha ocurrido a todos los usuarios, es que el sistema ignora los subprocesos (o hilos) del procesador. Esto implica que el procesador trabaje solo a un 20%-30% de su capacidad total, dependiendo del números hilos que disponga. De manera que los procesadores de 8 núcleos o más pueden notar una caída de rendimiento más intensa, en especial aquellos con un TDP de 65W o superior.

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Aparte de AMD, la empresa de evaluación comparativa ‘UL Procyon’ ha confirmado que una función de Windows 11 llamada ‘Virtualization-based Security (VBS)’, que viene activada por defecto en nuevas instalaciones, provoca también la disminución de rendimiento.

La seguridad basada en virtualización o VBS, es una función de virtualización de hardware que permite a Windows ofrecer soluciones de seguridad adicionales para proteger el sistema de vulnerabilidades conocidas.

Como comentábamos, esta opción viene activada por defecto cuando se instala Windows 11 desde cero. Si has actualizado desde Windows 10 no debería haber problemas de rendimiento relacionados con Virtualization-Based Security.

Cómo desactivar Virtualization Based Security en Windows 11

Por suerte, se puede detener VBS desde el registro de Windows en pocos minutos. Para ello sigue estos pasos:

  • Pulsa la tecla de Windows + R, se abrirá el cuadro de ejecución.
  • En este cuadro escribe ‘regedit‘ (sin las comillas), y pulsa intro:

Si aparece el mensaje del control de cuentas de usuario pulsa sobre . Se abrirá el Editor de Registro.

  • En la columna izquierda abre los directorios en el siguiente orden:
    • HKEY_LOCAL_MACHINE\System\CurrentControlSet\Control\DeviceGuard
  • Ahora en el panel de la derecha, busca y pulsa 2 veces sobre la entrada ‘EnableVirtualizationBasedSecurity‘, en el campo valor configúralo en ‘0’.

Reinicia el equipo para que el cambio haga efecto.

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